La Política y los hologramas
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- Un holograma es una imagen
tridimensional.
- Procesada e iluminada adecuadamente, la
imagen aparece saliendo de sus límites, hacia afuera y/o hacia dentro de su
marco.
- Variando la posición del observador se
pueden obtener diferentes perspectivas del objeto holografiado.
- Es tan asombroso, que es difícil
resistir la tentación de tocarlo (http://www.cienciapopular.com/n/Tecnologia/El_Holograma/El_Holograma.php)
A
pocas horas de la asunción de las autoridades electas, no está de más sumar
algunas ideas que se transforman en certezas con el correr de las horas. Una de
ellas, fundamental, es la del entronizamiento de La Política en la escena
nacional. Obviamente, no cualquiera.
Ha
sido La Conducción quien sigue marcando el camino, estableciendo las bases
sobre las que se edificarán las acciones futuras. Sólo Ella es la que diseña la
alternativa; los otros, espectadores
expectantes, miran cómo fluye la historia. Sólo algunos, también desde adentro,
se atreven a inquirir al Destino, oráculo o no por medio: cómo subirse al
camino en aras del beneficio propio.
Están
los que creen que es necesario aparentar lo que no son. Es tan preciado parecer
ser peronista, tan retributivo (pero tan difícil). Pareceres… No son, ni querrían
ser (porque les repugna), toman formas, intentan (pero no pueden; su clase no se los permite, son rubios de ojos
celestes, cuadrados, con aristas filosas, algunas veces cuidadosos de las
formas que encubren sus reales intenciones), pero no pueden soslayar lo que son: el proyecto de la Oligarquía de
hoy. Su máximo cultor: hijo subestimado por su padre, pero hijo merecedor de su
padre: el niño Mauri. El verdadero enemigo. No es un tonto, se hace… El
sabe, como cultor de la misma, que sólo su imagen es importante, es un Partenón
de cartón que encierra lo imposible de mostrar.
También,
hay otras imágenes, similares a las anteriores, aunque más complejas de
desentrañar… Son aquellas que se autoproclaman ser, que ya adoptaron las formas
pertinentes para ser aceptados, pero que no conculcan con los fundamentos. Esos
pareceres también dependen en forma absoluta de su imagen construida,
justamente porque están convencidos de que es la única construcción viable. No
les complica mutar su imagen, adecuarla al momento. No obstante, son imágenes porque no pueden construir
política, aunque quisieran. En
definitiva, no pueden ser por más que
lo pregonen.
Por
último, hay imágenes que duelen, que muestran nuestras contradicciones y
falencias. Son pareceres degradados o caricaturescos, imágenes especulares
deformes; son los que repiten metódica y monótonamente, como letanía, las
“verdades peronistas”, descontextualizándolas, volviéndolas vacuas. Pocas,
hasta pueden ser queribles por algún rasgo sado-masoquista que anida en los
argentinos. Sin embargo, y a pesar de que algunas han construido política,
tampoco son asibles hoy, porque no pueden
contra el sentido de la direccionalidad del tiempo. Puesto que a pesar de su
retórica, de sus citas, no entendieron a Perón cuando en su Manual de
Conducción les explicara que cada hecho es único e irrepetible en la Historia,
que a cada instante un Conductor debe responder desde su creatividad. Porque no pueden, dado que no existe en ellos el “óleo sagrado de
Samuel”.
En
pocas horas, La Conducción hechó por tierra con todos los planteos críticos por
derecha y por izquierda, de ajenos y propios. En su impronta, y en menos de una
semana, ejecutó la política que había delineado a través de decisiones
concretas, audaces. Milita todo el día, construye el relato a cada instante.
Cada hecho lo refrenda con la explicación pertinente. Es la Política en acción.
Enfrente,
y cerca también, están los hologramas.
Jorge Etcharrán