viernes, 24 de junio de 2016

El escenario es cada día más claro y siniestro

Hace días que, abruptamente, el panorama se aclara… lo que no genera alegría, todo lo contrario.

Cuando uno ve que el gobierno de Macri demuestra lo que es, se visibilizan las necesidades de varios sectores y personas.

Para Macri, Massa, Solá, Bossio, Alberto Fernández, De la Sota, Rodriguez Saa, Gioja, Alperovich, Urtubey, el oriental Navarro y otros, es necesario acabar con Cristina Fernández de Kirchner… todos quieren su destrucción política. Por distintos motivos, pero coinciden en su deseo.

Macri, porque sabe que para el ciudadano común cada día está más claro que antes vivía mejor… algunos no lo dirán, pero lo saben.

Massa, porque sabe que Macri no puede repetir mandato con estas políticas, y él se siente como el heredero natural del voto de Macri… pero tiene que sumar más peronistas… Massa sabe que su éxito depende de que Macri termine bien el mandato, se siente su sucesor natural.

Solá, porque sueña con volver a ser gobernador de la provincia de la mano de Massa, no puede aspirar a más.

Bossio, porque depende del Poder Judicial. Con Cristina presa, piensa que puede erigirse en la oposición sensata… pero requiere de lavar su pecado original Kirchnerista. Lástima que, como el oriental Navarro, entraron por una lista, que ahora abandonan. Si hubiera sido por ellos mismos no serían diputados. No tienen ética, ambos… La Historia no perdona.

Alberto Fernández… para qué hablar de un señor que no supo bancar las horas difíciles… Todas sus explicaciones suenan a huecas, aunque necesite denostar todo lo que hizo, autojustificarse.

De la Sota, porque no le puede explicar a sus seguidores que mandó a votar al responsable de la hecatombe.

Rodriguez Saa, porque nunca pudo generar una alternativa desde el PJ de La Punta.

Gioja, porque lo único que puede hacer es ser presidente de un partido que se asemeja cada día más a un sello de goma, una escudería, de personajes deseosos de ganar, sin saber para qué…

Alperovich y Urtubey, dos señores que cambian por la promesa de porcentajes futuros… Sin dudas el segundo, con mayores ínfulas, necesita el calor y el éxito oficial para aspirar a más. Se parece a Massa, y por eso compiten…

Todos necesitan a Cristina destruida, presa, o muerta. Todos saben que Ella es la única que tiene votos propios. Todos saben que es la única oposición seria y real en el país ante la entrega y el desmadre.

Llegan horas dolorosas, la represión, la persecución, la violencia que están engendrando… Todos los nombrados también son cómplices… también López, quien cambiará todo para lograr su libertad con la figura del arrepentido.

Por eso necesitan que Cristina sea destruida.

Por eso también, queda en claro a quien escuchar y creer.


domingo, 15 de mayo de 2016

Seis meses. El botón y la marea ignorados por los profesionales de la política

Seis meses pueden ser poco o una eternidad. En este caso, y más allá de los consentimientos o rechazos de acuerdo con lo que piense cada uno, sirven para visibilizar el nuevo modelo. Habrá quienes se sientan satisfechos pues se habrán cumplido sus expectativas de cambio; estarán los que habrán alertado sin éxito los efectos del mismo; los que se sentirán gratamente sorprendidos y los que renegarán por haber sido parte del colectivo que lo legitimara con su voto.

Lo que es innegable es el cambio. Se ha vuelto sin tapujos al neoliberalismo. Y no solo es de buena persona admitir que se ha cumplido con lo propuesto sino que también es de buen observador entender que hubo una decisión transversal que avaló sin tapujos el cambio.

Es que los hechos en estos seis meses han sido tan veloz y eficazmente concatenados que la precipitación de los mismos ha complicado su metabolización, para qué describir su deglución.

Hasta aquí lo obvio, lo que dolió asumir.

Ahora bien, es imperioso desbrozar el escenario político y social partir del cambio, que se reconfigura con el vértigo señalado. Ya contamos con el botón que adelanta lo que vendrá. Cualquier conjetura quedará corta; nuestra historia nunca escatima en costos sociales, y personales, cuando se impone por la fuerza, y ahora por el voto, la restauración neoliberal.

Y es pertinente detenerse en resignificar el término restauración. Argentina, tal vez como otros países latinoamericanos, sufre el síndrome de la dualidad; es Nación y colonia al mismo tiempo. Se podrá esgrimir “el optimismo de la voluntad”, de quienes sostienen que la construcción de una Nación es siempre un proceso dinámico que implica retrocesos y derrotas, o se podrá asumir “el pesimismo de la inteligencia” de quienes detectan las señales claras de una clase dirigente y de vastos sectores de la sociedad que asumen gustosos la ideología y los valores del impero que nos toca en turno. Ambas fuerzas se contraponen y ninguna llega a generar hegemonías estables a lo largo del tiempo.

La generación del 80, los golpes del 30, del  55 y del 76, como el alvearismo, el menemismo, la Alianza y ahora el colectivo Cambiemos, con Macri a la cabeza,  son los exponentes en diversas medidas y modalidades de políticas liberales en lo económico que adquieren formas políticas propias del conservadurismo. Por eso restauración, porque Cambiemos no es lo nuevo sino la expresión actual  del cíclico retorno a esos axiomas. Para los que abogan desde la voluntad, la restauración explicita claudicación y entrega, para los pesimistas, como se predicara durante el menemismo, demuestra la inexorabilidad de la hegemonía capitalista.

Lo interesante, y como suele suceder en estos casos, es que la mayoría de la dirigencia política profesional no atisba, si quiera, las modificaciones también vertiginosas que se dan en el seno de los distintos sectores sociales. Su preocupación se centra en el reposicionamiento personal en el esquema de poder actual; sin percibir que las mutaciones fagocitan las presunciones y los delirios arquitectónicos pergeñados en gabinetes alejados de las motivaciones que acucian a miles de ciudadanos. Votar la mayor emisión de deuda externa que se conoce puede servir para congraciarse y tratar de alcanzar las migajas que se derramen, no para que una persona adquiera lo mínimo indispensable para vivir. Ralentizar la ley anti-despidos puede servir para hacer guiños múltiples al poder real y a las centrales empresariales, no para contener el temor al desempleo, de quien ya lo sufre o porque ve la nueva caída de su vecino.

En contraposición, los ciudadanos están constatando a diario los efectos que impactan negativamente. El aumento del costo de vida es una realidad y es pasado el aumento pautado en paritaria que equilibraba la inflación; el mantener el trabajo es primera preocupación, las deducciones por ganancias pasaron a un segundo plano; el dengue está presente cobrándose vidas a pesar de los esfuerzos por ocultarlo; los estudiantes universitarios con menores ingresos no acceden a las escasas becas.

Son datos duros, tangibles para los damnificados.

Allí radica la razón del éxito de las manifestaciones de estos dos meses. De las cuatro expresiones masivas (la del 24 de marzo en el cuarenta aniversario del golpe del 76, la del 13 de abril en el regreso de Cristina Fernández de Kirchner, la del 29 de abril de las centrales de trabajadores y la del 12 de mayo de docentes, estudiantes y trabajadores administrativos de universidades nacionales), dos de ellas tienen una relación directa con demandas de sectores de la sociedad que están sufriendo una disminución en su calidad de vida.

Y este es el botón de muestra que no alcanzan a evaluar en su real dimensión los profesionales de la política. En esas dos movilizaciones, salieron a la calle quienes se sienten afectados en sus intereses, en sus oikos dijeran los economistas, más allá de las diferencias ideológicas, políticas e incluso de clase. Esta es la marea que se está moviendo bajo la superficie y que en algunos casos emerge con la fuerza de los hechos masivos. Podrán ser ignoradas por la oligo-prensa y por el gobierno de Macri; pero existe y crece al compás de la desmejora en las condiciones económicas de los ciudadanos.

No es menor que las centrales, a pesar de sus entuertos, tengan que juntarse para demandar. Tampoco lo es que confluya un amplio marco de expresiones políticas estudiantiles junto a todos los sindicatos docentes y FATUN, hecho singular en la historia de la educación universitaria pública; el presupuesto universitario no alcanza para pagar la luz, menos aún para sustentar la investigación o para alcanzar salarios competitivos como los de la década kirchnerista.

A estas expresiones se suman las otras dos, en las que emerge la memoria frente a la restauración neoliberal, como postura simbólica ante un gobierno legitimado por los votos que rescata bajo artilugios hipócritas la última dictadura y como reconocimiento explícito a la conducción política de la última presidenta del campo nacional y popular de Argentina.

Los políticos profesionales debieran atender mejor estas señales que estarían marcando un “amesetamiento” (con perdón del neologismo) en la tendencia de la tan mentada opinión pública sobre el gobierno, aún vastos sectores medios se sienten identificados con el neoliberalismo del gobierno aunque se mantengan en silencio. Puede que no estemos ante un punto de inflexión de la tendencia y que Macri pueda remontar el momento difícil, no es tan incauto para darse cuenta de la situación; no obstante, los ciclos no duran tanto tiempo si las bases de sustentación se disgregan.

En este contexto, “los tenores huecos” no convencen, tampoco los que se ufanan de repetir frases que no sienten y que tal vez no entiendan en su verdadera dimensión. No alcanzan los micrófonos y la tinta de los periodistas de la oligo-prensa, todo termina cuando el bolsillo adelgaza y las expectativas se agotan en la primera quincena del mes.

No es ocioso destacar que solo una voz se alza en el escenario, una voz diferente que nunca mintió sobre los efectos que generaría la restauración neoliberal. La que, el 13 de abril, pudo describir lo que ocurría debajo de la superficie, la que intuyó la marea y quien, en forma implícita, se adelantó a lo que pasaría dieciséis días después. Ese es un ejercicio de conducción que pocos pueden elaborar, si quiera esbozar y menos implementar, dado que para hacerlo hay que contar con la credibilidad construida con hechos.

Para los émulos cotidianos de Perón, el General pudo mantener como pudo su conducción a la distancia durante dieciocho años por la credibilidad construida en sus dos mandatos. Los más humildes no sustentaban su fidelidad hacia el líder por declaraciones en periódicos lejanos o por lo expresado en cintas magnetofónicas; la fidelidad se basó en que esos ciudadanos habían accedido a tal condición por los hechos generados por ese hombre desterrado. Su obra fue la que mantuvo viva la credibilidad, no sus palabras.

Nadie puede ocupar el lugar de Cristina, pues Ella es la que puede interpelar y señalar, como lo hizo, que es necesario conformar un Frente Ciudadano, amplio, que reúna a todos los que han sufrido pérdidas de sus derechos, los que sienten miedo a perder el trabajo, los que se ven humillados por ser sometidos al autoritarismo del conservadurismo político del gobierno, los que asumen por sus valores que el camino es otro aunque todavía no hayan sufrido en carne propia las penurias del ajuste. Ella da sentido al  “optimismo de la voluntad” asumiendo, también, el “pesimismo de la inteligencia”.

Ella es La Conducción.

sábado, 26 de marzo de 2016

Hace cuarenta y ocho horas...

Cuarenta años
La madrugada de un día como hoy, hace cuarenta años, me encontraba rompiendo y quemando papeles y documentos políticos.
Sabía que iba a ser terrible… lo presentía… no tenía en claro ni suponía los mecanismos, las herramientas… pero iba a ser terrible… sin embargo, fue mucho peor de lo que imaginaba.
Es una sensación parecida la que siento esta mañana… hoy no hay destrucción de material escrito… no es necesario… la destrucción de conceptos la llevan a cabo por otros medios… efectivos sin duda.
Hoy saldré a recorrer las siete iglesias, como hice en muchas de las Semanas Santas de mi vida… la sensación y la desesperanza acompañarán la recorrida… luego me sumaré a la marcha de conmemoración de los cuarenta años del golpe.
Ojalá que la sensación y la desesperanza sean solo eso… no obstante, el escenario indica lo contrario.
Angustiante historia la nuestra.
Recomenzar, resignificar… nuevamente…

domingo, 7 de febrero de 2016

Urtubey, Bossio y los significantes vacíos
“… Cuanto más alto trepa el monito
(así es la vida) el culo más se le ve…”

Juguetes Perdidos
Los Redonditos de Ricota

Scioli en la última contienda electoral no pudo/supo generar una propuesta que reformulara las demandas presentes en la mitad más uno de los electores. Macri sí.

Seguramente, de haber vivido, Laclau podría habernos despejado ciertas dudas que aún tenemos. No obstante, la necesidad de una “frontera” fue una premisa para el “antiKirchnerismo”, opción construida con presteza por los sectores económicos concentrados y los medios de comunicación masiva. Pero, fue indispensable, la articulación de esos “significantes” presentes en todos los sectores de la sociedad, también en los de menores ingresos, para la conformación de un discurso político que permitiera alcanzar un triunfo electoral. Esa conformación del “campo antagónico” justamente residió en parte al rechazo a asumir los antagonismos visibilizados en los mandatos de Néstor y Cristina, los que a su vez eran y son el resultado de las contradicciones de intereses reales existentes dentro de la sociedad de Argentina. Tal vez, la “revolución de la alegría” fue un significante imaginario, carente de contenido conceptual o literal, que reunió a un conjunto de aspiraciones que fueron articuladas con certeza.

Así, el discurso político de Macri hizo hincapié en que “todo”, pero “todo”, iba a ser mejor porque había una razón ontológica que lo sustentaba: el “Sí, se puede”. Los que trabajaban no iban a perder el trabajo, los derechos conquistados serían mantenidos, alcanzaríamos la pobreza cero, tanto YPF como Aerolíneas Argentinas se mantendrían nacionalizadas, los empresarios del campo ganarían más, las empresas privadas también y se derrotaría el narcotráfico, la corrupción y la inflación. Y eso sí, “todos”, pero “todos” íbamos a ser (no solo estar) felices… a jugar con globos y Macri le podría enseñar a los pares de diferentes países del mundo sus pases de baile.

Ese fue el discurso, y más allá lo que se opine al respecto, fue exitoso; diversos sectores de la sociedad confiaron en el mismo y definieron Macri Presidente.

Ahora… El discurso no alcanza para gobernar. Es el tiempo de los hechos de gobierno concretos que puedan generar nuevos significantes. Hasta el momento, las decisiones gubernamentales han beneficiado a los sectores económicos y los medios de comunicación que fueron los artífices del triunfo, no a “todos”, ni siquiera a “todos” los que votaron este gobierno.

Es por lo expuesto que sorprenden las decisiones asumidas por Urtubey, Bossio y sus adláteres. Y esto no es un juicio ético de las señales emitidas, es una evaluación política, que se supone es a lo que se dedican a diario.

Ellos saben que las fotos y las loas provenientes de las/os comunicadoras/es de los medios hegemónicos solo sirven para determinados ámbitos y por escaso tiempo; tal vez, les hubieran sido útiles antes de que el actual gobierno comenzara a actuar, cuando se estaba en la etapa de las presunciones.  Ahora, los efectos de las primeras decisiones políticas ya están afectando las arcas del país y, por ende, de las provincias, como también la calidad de vida de muchos ciudadanos.

La etapa de la revolución de la alegría ya pasó, están llegando tarde, las fotos repletas de sonrisas suenan a impostura. Porque hay miles de despedidos, porque Milagro Sala sigue detenida sin sustento legal, porque el ajuste no tiene explicación coherente, porque estamos endeudándonos sin saber por cuánto, porque estamos humillando a gobiernos de América Latina, porque estamos perdiendo soberanía.

A Urtubey, Bossio y sus acólitos no se les ha escuchado una sola postura sobre los temas mencionados. Es más, lo que hasta el 9 de diciembre estaba bien, hoy es lo que, a su entender, tendríamos que superar. ¿Esto es lo que significa una oposición racional? ¿Cuáles son los significantes sobre los que articularán su discurso?

Ellos deberían saber que la revolución de la alegría, a pesar de haber fenecido, no era algo que les era propio, tuvo otro mentor, que ellos nunca dejarán de ser “los otros”, los del campo antagónico, los advenedizos, no podrán ser parte del círculo áulico porque los condena el pecado original “Kirchnerista” (más en Bossio y otros que en Urtubey), aunque recurran al viejo término, hoy hueco, “Justicialista”. Las justificaciones siempre existirán; tal vez, estén pensando la manera de subirse a un barco en el cual es difícil que alcancen cierta “movilidad ascendente”.

La tarea del campo Nacional y Popular es justamente lo contrario a lo que pregonan estos dirigentes, es asumir que este gobierno tiene una definida política de exclusión social de la mayoría de los argentinos debido al modelo económico neoliberal impuesto, de sumisión ante el Fondo Monetario, el capitalismo financiero y las políticas emanadas de la Embajada.

A partir de las demandas concretas de los que más sufren estas involuciones, del sentir nacional y popular de intelectuales, profesionales y trabajadores que no se amilanen ante un escenario hostil, del aporte de las organizaciones políticas, territoriales y sectoriales, y de la creatividad de miles de militantes y ciudadanos, surgirán los nuevos significantes a articular en un discurso que permita ganar las elecciones legislativas de 2017 y retomar el gobierno en el 2019.

Para lograrlo, cada ámbito debe ser un escenario de confrontación ideológica, de organización y acción mancomunada de los que se sientan partícipes de esta historia.

El campo Nacional y Popular reconoce una sola Conducción y tengo en claro quién es para mí.-

viernes, 22 de enero de 2016

Los ámbitos y las decisiones. La irrupción de lo gregario.

"… Son muchos sueños que perdí
Y algunos que siguen aquí
Pero no hay nada que soñar me impida…"

Madrugada
La Beriso

A partir del 26 de octubre pasado coexisten tres esquemas organizativos dentro de lo que podríamos definir como el conjunto de las expresiones del campo Nacional y Popular: las estructuras orgánicas, las organizaciones y las expresiones sociales gregarias.

La fecha es importante, dado que a partir de la madrugada de ese 26 de octubre, con los resultados de la primera vuelta, se gestó un hecho político nuevo, aún no delineado ni definido completamente, que ha sido la irrupción gregaria de sectores de nuestra sociedad que sintieron la necesidad de defender un modelo político y las conquistas alcanzadas en los tres mandatos Kirchneristas.

¿En qué reside lo novedoso? En el tercer grupo, dado que:

Las estructuras orgánicas (que reúnen a los partidos políticos, las organizaciones gremiales, las representaciones parlamentarias, los ejecutivos provinciales y municipales), difieren en intereses y formas de actuación; sin embargo, y a pesar de la heterogeneidad inherente a tan vasto conglomerado, poseen en común la organicidad construida, patrones desde los cuales ejercen el poder delegado. La sociedad civil conoce sus ámbitos de acción y las evalúa de acuerdo con las respuestas que dan a sus demandas específicas.

Las organizaciones tienen una conformación más libre; por lo general, sus estructuras no están reguladas pero sí legitimadas por el sentido de pertenencia de los integrantes que las componen. En algunos casos se asumen como parte de alguna expresión partidaria o gremial, en otros se constituyen transversalmente en la intersección de colectivos diversos. Son las generadoras de cuadros políticos. Tienen más homogeneidad a su interior que las anteriores, lo que les permite ductilidad en el accionar y dar respuestas rápidas ante situaciones no previstas; sin embargo, su inserción en la sociedad civil es relativa, justamente por la preeminencia de la decisión de mando de las jefaturas de las mismas por sobre la gestación de una correa de transmisión de las demandas de las bases hacia aquéllas.

A diferencia de los anteriores, el tercer grupo, el epicentro del hecho novedoso, surge de una manera espontánea, a partir de la decisión de personas que sintieron la necesidad de expresarse públicamente ante una situación concreta, la posible (luego concretada) llegada al poder por la vía democrática de la derecha vernácula.

Esas personas, que decidieron movilizarse y expresarse en forma autónoma, provienen en su mayoría de sectores medios que, ante la inacción de los otros dos grupos o por no sentirse enteramente representados por ellos, convocaron a otros pares y ganaron la calle, gestando una impronta novedosa en el escenario político. Lo hicieron a través del dominio comunicacional electrónico de la época: redes sociales en internet, “twitter”, listas de distribución de correos, mensajes de texto y “whatsapp”, pero también a través de la comunicación boca a boca, tomando incluso formas habituales de la acción proselitista, como los panfletos y pintadas.

Aunque no alcanzaron su objetivo político concreto, estos grupos siguieron actuando públicamente, ampliaron sus redes de comunicación y fueron uno de los motores en la movilización de la despedida de Cristina en la Plaza de Mayo. A partir de ese acto extraordinario para la historia argentina, el saludo multitudinario a un presidente saliente, estos grupos asumen un nuevo rol al visibilizar rápidamente el nuevo escenario, configurado por un presidente de derecha dispuesto a reinsertar al país en el neoliberalismo. 

Sus reflejos políticos son incuestionables y sus respuestas se sustentan en esquemas de movilización urbana versátiles. Las reuniones en plazas con periodistas, referentes sociales, académicos y políticos,  ya son marca registrada; varias “plazas” han sido transmitidas a través de portales como “youtube”. Ante la negativa explícita de los medios de comunicación masiva a informar sobre lo que acontece en las conflictividades recientes, se asumen como portavoces de un colectivo heterogéneo que los reconoce y respeta, a través de “portales” y “twitters” con miles de seguidores. No solo resisten el embate comunicacional de los oligopolios oficialistas sino que también generan hechos políticos preocupantes para el nuevo gobierno, que aún no sabe cómo enfrentar esta “batalla” cultural dada por miles de ciudadanos, a quienes no puede estigmatizar como “militantes” o “grasa” sobrante del Estado.

Defienden las políticas llevadas adelante en los tres mandatos Kirchneristas y reconocen a Cristina como la referencia política que está por encima de las demás; ambas son posturas irreductibles  de su discurso, todo lo demás es discutible. Es que la presión no solo la ejercen ante el nuevo gobierno, sino también ante las otras dos formas organizativas del campo Nacional y Popular; a estos últimos les reclaman mayor presencia y actitud ante la ola de despidos, el avasallamiento de los derechos adquiridos y las actitudes autoritarias del gobierno de Macri.

Aquí comienza un nuevo momento de la etapa, que encierra un salto cualitativo para estas expresiones gregarias: nada menos que adquirir mayor nivel organizativo, a partir de sus propias experiencias, sin tutelajes de los otros dos esquemas de construcción; porque las movilizaciones y presiones solo pueden sustentarse en una economía de fuerzas que evite el desgaste de los integrantes del colectivo. No obstante, en estas expresiones predomina el sano convencimiento de organizarse. Condición que coadyuvará en un futuro cercano, dado que será perentorio un esquema de articulación de las tres formas de organización, en el que cada una aporte lo suyo y contribuya a la conformación de una alternativa Nacional y Popular. Y el dato no es menor…

El anecdotario está plagado de frases hechas, esgrimidas por los “tenores huecos” que abundan en todos los ámbitos; ya no se puede aseverar sin dudar que “la organización vence al tiempo”, lo que se puede inferir de la historia reciente es que la organización es una necesidad impostergable de la etapa. 

martes, 12 de enero de 2016

A un mes del regreso al Neoliberalismo
“Viene el olor a otra sudestada,
trae el olor a leche cortada…”

“Otra Sudestada”
Bersuit Vergarabat

Lo que se preveía, se cumplió. No hay sorpresas.
En estos días se han multiplicado las voces desnudando las políticas del gobierno asumido el 10 de diciembre pasado. A los excelentes informes de Zaiat en el tema económico, hay que sumar los análisis políticos y culturales como la declaración reciente de Carta Abierta y las voces que certeramente desmenuzan los hechos de cada día, tal es el caso de la nota de Gómez Alcorta y González Carvajal en la edición del 12 de enero de Página 12.

La verdadera Libertad de Expresión está amenazada de muerte. La literalidad de la expresión se corrobora en diferentes niveles y escalas, en la emisión de DNU que avasallan leyes convalidadas por la Corte Suprema de la Nación, en la represión de los cesanteados en la ciudad de La Plata, en que los trabajadores del Estado no pueden tener una determinada filiación política, en el levantamiento de programas de televisión y radio que no son afines a la política oficial, en que los medios de comunicación masiva hegemónicos ignoran las expresiones públicas adversas a las decisiones del gobierno de Macri, en la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires por la cual hay que portar documentos personales para intentar demostrar de que no se ha infligido la Ley… En síntesis, en un mes pasamos a vivir en libertad condicional.

¿Qué hacer?

En una primera instancia, multiplicar los canales de información a través de las redes, pueden manejar los medios de comunicación, por ahora internet no… aunque pueden intentarlo a futuro. No obstante, la construcción de redes debe ser cuidadosa pues desde distintos servicios de inteligencia se puede acceder tanto a la telefonía celular como a internet. En consecuencia, ya que somos observados, es preciso sumar datos fehacientes para asegurarles credibilidad a las personas que aún pueden tener dudas de lo que ocurre. En estos momentos, los medios hegemónicos de comunicación tienen mucho poder, pero es fundamental horadar su política de negación de los hechos con datos irrefutables, con fotos y grabaciones que muestren la realidad.

En una segunda instancia, y fundamental, avanzar en la organización de las expresiones nacionales y populares.  La representación política parlamentaria tiene su tarea y los órganos políticos las suyas. Es pertinente que los distintos grupos de personas que tienen una postura común se comuniquen, se conozcan, pierdan el miedo a compartir nuevas experiencias de construcción política. Los encuentros en las plazas son un punto de partida (tampoco el único); pero, estos encuentros deben servir para gestar organización porque de lo contrario solo terminará desgastando y erosionando la voluntad de quienes participan. NO hay que tener miedo a la infiltración, tendremos seguramente muchos que nos operarán de ahora en más; la única posibilidad de superar estas acciones será el crecimiento en organización, no hay magia tampoco en la construcción política.

La tercera instancia será la articulación de todas las fuerzas… para llegar a este punto hay que bregar en las dos anteriores.

Ellos han demostrado que podían reinstalar el Neoliberalismo… Nosotros debemos demostrar que Podemos reconstruir una Alternativa Nacional y Popular.

Como ya lo he expresado, reconozco una solo referencia política. Cristina Conducción

lunes, 21 de diciembre de 2015

Las plazas recientes y las nuevas asignaturas

No han pasado catorce días, ni dos semanas se han cumplido, y se ha retornado a “la calle”. Esa calle que se había perdido por la tibieza, la escasa osadía, de los que tenían que tomar la posta.
Primero fue en la Plaza de Mayo y luego, a los dos días, en la Plaza del Congreso, por el intento de avasallamiento de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual y la designación de Jueces en la Corte Suprema de la Nación a través de los denominados decretos de necesidad y urgencia (DNU).
Y ayer, domingo 20 de diciembre, Axel Kicillof convocó a varios miles de personas en el Parque Centenario, a través de redes sociales, boca a boca…
Sin embargo, estas plazas fueron continuidad de otra Plaza de Mayo, en la que una Presidenta luego de ocho años de mandato cumplido, y a través de una convocatoria militante, se despidió de una multitud pocas veces vista.
La reunión del domingo, cuasi estival, con temperatura elevada, tuvo un rasgo particular, el  Ministro de Economía de la Nación saliente puebla una plaza pública, la cual comienza a erigirse en la futura meca de las asambleas Kirchneristas en la ciudad Capital.
La energía acumulada debe canalizarse, sin impulsos organizativos voluntaristas cristalizadores; todo lo contrario, se la debe proteger para que se esparza y se multiplique sin que pierda su fuerza.
Hay liderazgos nuevos… que pueden llegar a ser novedosos; pero hay que caminar, militar… Para pensar y reformular las demandas de los sectores nacionales y populares; que son otras a las que existían en el 2003, en el 2007 y en el 2011.
Porque más allá de las similitudes (casi calcadas) con las políticas de los años 90, el recién llegado gobierno neoliberal tiene “experiencia”, sabe que no puede cometer los errores de otros. Por lo tanto, es prioritario descifrar las demandas que no supimos entender en la campaña electoral; pero también, avizorar las que se generen por las medidas que implemente el gobierno de Macri.
Y sabemos que su plan derruirá Argentina, y no será cuándo surja la protesta social pues ese será el desenlace no deseado; el proceso ya está en marcha y no se detendrá puesto que son dogmáticos, todos los neoliberales lo son. La quimera limitada de ser “el supermercado” del mundo encubre el ansia desmedida de la plutocracia de los exportadores de commodities, los bancos y la oligarquía terrateniente, siempre presente en este tipo de políticas.
Estas serán las asignaturas que deberemos afrontar y superar.
La única certeza es La Conducción.