sábado, 26 de marzo de 2016

Hace cuarenta y ocho horas...

Cuarenta años
La madrugada de un día como hoy, hace cuarenta años, me encontraba rompiendo y quemando papeles y documentos políticos.
Sabía que iba a ser terrible… lo presentía… no tenía en claro ni suponía los mecanismos, las herramientas… pero iba a ser terrible… sin embargo, fue mucho peor de lo que imaginaba.
Es una sensación parecida la que siento esta mañana… hoy no hay destrucción de material escrito… no es necesario… la destrucción de conceptos la llevan a cabo por otros medios… efectivos sin duda.
Hoy saldré a recorrer las siete iglesias, como hice en muchas de las Semanas Santas de mi vida… la sensación y la desesperanza acompañarán la recorrida… luego me sumaré a la marcha de conmemoración de los cuarenta años del golpe.
Ojalá que la sensación y la desesperanza sean solo eso… no obstante, el escenario indica lo contrario.
Angustiante historia la nuestra.
Recomenzar, resignificar… nuevamente…

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